miércoles, 25 de noviembre de 2009

PARTICIPACIÓN EN LAS SELECCIONES AFECTIVAS - COLOMBIA

Poética

En la sombras contemplo una llama,
mientras el alma arde
al compás de la soledad...


La poesía se levanta con los días. Se alimenta de las luces y las sombras, del tatuar en la memoria, los lunares en las pieles, entonces aparece, la mirada del transeúnte, olores que viajan hacia el pasado, el olvido de la sangre, sin medir al tiempo. Cada voz guarda sus palabras en las manos del viento, las deja allí a la merced de otras voces que perpetúen su encuentro.


Poemas


REFLEJO DEL OLVIDO


Reflejo: - Me divierto con las telas desprendidas de sus manos,
que recubren el cielo con ventanas empañadas. -

Olvido: - Miro tus sombras, quebradas por el silencio.
Viento jadeante anidado en el espejo de tu sombra.
Mira al pasado.-

Reflejo: - Entregas cadenas de tierra envueltas con paciencia,
cubiertas con heridas de guerra.

De la catedral al acertijo.
Cae Babilonia.

Consumidos en la verdad
montículos de quienes no sollozan más
y no enmudecen,
no tienen más.

Olvido: - Alimenta los pliegues de la carne,
tendida al medio día
sobre otra lápida de pieles
después del jardín.

ufanas encima de la noche
recuerdos de soledad.
desciendes firme en el hielo,
se incrusta el miedo en la base de la voz,
la corriente del suspiro muere con viento
impiden el nacimiento del anhelo.


Reflejo: - Perdí el anhelo y el suspiro.
Quedó el caos provocado en quietud.

Enmudezco. Lejos de la cordura,
Manchas en el pañuelo
y condenados a manos sin rostro.

Olvido: - ¿Esperas poder dormir esta noche?
las cabezas se incrusten en los parpados,
remolinos de tristeza consumen la calma de labios.

::


DESTERRADAS DE VIENTO


Quiero ahogarte debajo de las manos.

Escuchar el torrente de soledad que habita,
el interior de un profundo mar
que desemboca en el Hades.

- Solo es mi ser flotando en la sangre de mi alma. -

::


ÚLTIMO


Vientos impregnados de soledad acompaña la oscuridad.
Escribir para romperle los lazos al camino.
Apagar suspiros con sueños.


La pálida noche vigila,
contando las lágrimas incrustadas,
en recuerdos que se anidan detrás de los ojos.

Enseñas a extrañar los gemidos del viento
y lo que abandonaste por la soledad.

Creíste en el árbol y en la noche.
Creíste que las sábanas no te reprocharían el cambio de piel.

Muéstrame que no todo se lo han llevado los dioses del olvido,
que las paredes no suenan al caer
y el viento es azul al tacto de nuestros jadeantes sexos.

Permíteme observarte sostenido de una rosa,
con tu cuerpo suplicante.

He discutido con la noche,
y he perdido tu sonrisa.

Voltearemos las historias de los antiguos
buscaremos el diluvio perdido
de nuestros días de soledad.

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